Anita
Ya pasado este mal trance
y habiendo quedado libre del acoso de aquel policía corrupto y aun con mucho
dinero en mi bolsillo decidí alejarme un poco de la mala vida, me dedique a
vender café y periódicos con morocho en una bicicleta de reparto, todos los días
de madrugada salíamos a nuestra faena y nos iba muy bien, nos íbamos a la playa
de los cocos a eso de los cuatro de la mañana, llevábamos el café negro y con
leche bien caliente e igual una botella de ron para vender tragos, curiosamente
vendíamos más rápido el ron que el café y eso que morocho era una crac para
preparar el más rico café de la zona, mientras el despachaba yo ayudaba a jalar
los botes y a descargar el producto de la pesca, esto me dejaba una buena
recompensa pues me regalaban algunos buenos pescados, luego pasábamos por la
editorial y comprábamos el periódico y de allí nos íbamos al mercado donde yo
me encargaba de venderlo entre los comerciantes y los transeúntes, también aprovechaba
y cambiaba algunos pescados por verduras ( yuca, ocumo chino) y también por
tomates, pepinos etc., ya a las ocho de la mañana estábamos en la casa de mama
segunda donde preparábamos el desayuno, luego íbamos a la casa de Priscila y dejábamos
el resto de la comida, después nos íbamos a la plaza bolívar a limpiar zapatos,
en esos tiempos llego un caraqueño que sabía arreglar zapatos y aquello se convirtió
en un boom, todos aprendimos y alternábamos la limpiada con los arreglos, yo
viva casa de Priscila y me había enamorado de Vallita la verdad es que aquella
muchacha me enloquecía pero ella no me paraba pues estaba enamorada de una
carajo que trabajaba en el aseo urbano, y que podía hacer? Solo vivir un amor platónico
como el propio pendejo, Anita era una señora de
unos cuarenta y cinco años que visitaba el rancho pues era muy amiga de Priscila,
yo si notaba que en cada visita las risas cuando me miraban se hacían cada vez más
frecuentes, hasta que Priscila un día me dijo, mira caraqueño Anita me dice que
tú le gustas y que quisiera que te fueras a vivir a su rancho, aquello me pareció
algo hasta gracioso pues ella mucho
mayor que yo y además tenía cinco hijos y no hable más de ese tema hasta un día
que llego a plaza otro caraqueño de nombre Alfonzo y allí las cosas cambiaron,
lencho lo llevo a casa de mama segunda y Marisol la hija de Priscila cuando lo
vio se enamoró al instante, a los días ya estaba viviendo en el rancho con
nosotros, preño a Marisol y luego la dejo para ponerse a vivir con Priscila,
estos acontecimientos pusieron el rancho bajo un ambiente de muy mala vibra y así
fue como un día cansado de tantas peleas me fui a vivir con Anita, también me
separe un poco de los hermanos, Anita me decía que me metiera a policía, que
ella me pagaba el curso pero yo siempre le había tenido arrechera a los policías,
entonces como me iba a unir a unas ratas que me habían jodido tanto en mi vida,
ante la insistencia de Anita, pensé en irme a trabajar al gurí, una represa que
se estaba construyendo por los lados de bolívar y donde ofrecían muy buena
paga, había que inscribirse en el ministerio del trabajo para optar por una
vacante, me dirigí hacia allá, cuando llegue las plazas ya estaban copadas pero
había un letrero que invitaba a hacer un curso de mesonero en el hotel Meliá de
puerto la cruz, el curso estaba auspiciado por el ministerio del turismo y era
completamente gratis, por supuesto que me inscribí y así empecé a la semana
siguiente a realizarlo, esta perspectiva cambio radicalmente mi vida pues me encontré
en un ambiente de mucho glamur, aprendiendo cosas que me fascinaban, la educación
que me había dado Esperandia en cuanto a la lectura y escritura, a cómo
manejarme en una mesa, el uso correcto de los cubiertos, la manera de mantener
todo en orden etc., se convirtió en una pieza fundamental que me ayudaron a resaltar
en muy poco tiempo y a ganarme el respeto y admiración tanto de mis profesores
como de mis compañeros de curso.
Un día saliendo de ese curso conocí a una muchacha de
nombre Haide, no era bonita pero tenía unas grandes tetas que llamaban la atención,
Salí con ella unas cuatro veces y la deje embarazada, la verdad es que no
estaba preparado para asumir ese rol y la abandone y con ella a ese mi primer hijo,
a pesar de sus ruegos por que no la dejara en ese momento no me daba cuenta de
la magnitud de la bendición que me había dado Dios al concederme mi primer hijo
Varón, abandonarla a su suerte es una cosa que he lamentado mucho en mi vida,
ya que cuando me di cuenta de mi error la busque por todas partes siendo infructuosos
mis esfuerzos, lo cierto es que el karma es real y luego de ese episodio fui
despedido del Meliá por enredarme con una turista cosa que teníamos prohibido como trabajadores
del hotel, yo seguía viviendo con Anita y ella salió embarazada de la que hoy
es mi hija Vanessa, nuestra relación no era nada buena pues la diferencia de
edad había marcado la pauta yo era un joven deseoso de conocer mundo y ella una
señora de su casa a la que no le interesaba la aventura y eso marcaría el declive
de nuestra relación, monte un puesto para arreglar zapatos en el mercado
municipal y allí comenzó otra historia…..
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